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Foto: Clarín |
Por Sebastián Sosa
“Estamos impidiendo el ingreso de las autoridades, no de los docentes", expresó el Secretario General del Centro de Estudiantes, Federico Fernández, mientras que el secretario del sindicato de educadores AGD-UBA, Julio Bulacio, manifestó que la toma es “total, pero con dictado de clases", luego de la resolución de los alumnos durante la asamblea. Así comenzó la última toma de la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini realizada por los estudiantes y con el apoyo de algunos docentes y padres que duró exactamente 50 días.
“Estamos impidiendo el ingreso de las autoridades, no de los docentes", expresó el Secretario General del Centro de Estudiantes, Federico Fernández, mientras que el secretario del sindicato de educadores AGD-UBA, Julio Bulacio, manifestó que la toma es “total, pero con dictado de clases", luego de la resolución de los alumnos durante la asamblea. Así comenzó la última toma de la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini realizada por los estudiantes y con el apoyo de algunos docentes y padres que duró exactamente 50 días.
El conflicto empezó a desencadenarse cuando los estudiantes entendieron que desde la UBA (Universidad Nacional de Buenos Aires) realizaban la designación de la autoridades del colegio ubicado en el barrio porteño de Recoleta, a su criterio, sin escuchar las voces de los adolescentes que acuden diariamente al establecimiento. Al ver que ninguna solución llegaba al Pellegrini decidieron tomarlo e impedir el ingreso de las autoridades, pero no el de los docentes. Esta decisión fue llevada a cabo para “no alterar el ciclo lectivo” y que sus deseos de estudiar “no se opaquen con el cordón humano realizado en la entrada del establecimiento para impedir el ingreso de las autoridades”, según explicaron desde el colegio.
El 11 de abril los estudiantes decidieron “pactar” un cuarto intermedio y levantar la medida luego de 15 días. Pero la calma duró poco en el Carlos Pellegrini, ya que el 4 de mayo, y por segunda vez, volvieron a tomar el colegio. "Sin autoridad, no puede funcionar una institución pública", fue lo que dijo ante los medios presentes el cuestionado vicerrector Raúl Juárez Roca, y luego destacó su responsabilidad por la integridad física de los adolescentes que cursan en el colegio.
Si las autoridades de la UBA pensaban que iba a ser una situación controlada, se equivocaron, ya que el 19 de mayo el rector Carlos Fornasari estampó su firma de renuncia y complicó aún más los inconvenientes sociopolíticos del Pellegrini.
Finalmente, y tras realizarse las asambleas estudiantiles correspondientes a cada turno (mañana, tarde y noche), la toma se levantó el 20 de mayo, pero con la condición de que se cumpla la instancia de diálogo como lo aseguraron las autoridades de la Universidad Nacional de Buenos Aires. Los alumnos, expectantes ante dicha resolución.
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